Este fin de semana hemos hecho un plan especial:
Hemos cogido el coche y nos hemos acercado hasta el
Museo Balenciaga ubicado en Getaria a no muchos kilómetros de Irun (mi ciudad).
No es que sea una apasionada del mundo de la costura, ni tampoco una fanática de la moda, pero creo es una visita obligada, al menos para la gente que vivimos relativamente cerca.
¿Que si me ha gustado? Sí...creo que sí.
No me ha entusiasmado porque no soy experta en la materia y realmente no aprecio los pequeños detalles de cada traje, pero he de admitir que había muchos que visualmente eran espectaculares. No os puedo hablar de la técnica (para éso están los expertos que obviamente, hace mucho dieron su veredicto).
Lo que más me ha llamado la atención han sido los bordados, las pedrerías y los encajes. ¡Una pasada!
Se ve que en cada pieza hay mucha dedicación, mimo y horas, muchas horas de trabajo.
Me ha gustado mucho la forma de enseñarnos cada traje. No hay ningún maniquí, y el soporte de cada uno es invisible, así que parece que las obras están suspendidas (cómo si el hombre invisible se vistiera de Balenciaga).
Cierto es que para mi gusto fallaba la iluminación y por ello hay detalles que se escapan. Los diseños con materiales negros a veces pasaban desapercibidos porque no se dejaban ver bien. Un poco más de luz hubiera estado bien, algunas obras estaban poco iluminadas, demasiado oscuras.
El edificio: Grandioso. Muy espacioso, con un diseño arquitectónico super moderno, minimalista y espectacular.
Lo bueno de la exposición es que es muy amena. Ligera. Rápido de ver, sin tiempo de aburrirte. Así que si no te interesa mucho el mundillo de la moda no importa demasiado, también te puede gustar la expo.
Así que sí. Puedo decir que merece la pena ir a visitar el
Museo Balenciaga y de paso, conocer mejor Getaria, el pueblo dónde nació dicho artista y dónde ahora se encuentra su obra más grande.
Un buen plan para hacer algo diferente: